Es impresionante cómo las personas se asombra de su propia capacidad de observación (claro, ha estado en condición comatosa tanto tiempo, que la más leve señal de vida es motivo de fiesta). Cuando uno aprende a leer entre líneas, la vida es mucho más obvia y placentera de lo que uno se puede imaginar.
Todos aquellos detalles que se nos pasan de largo en la vida diaria exigen e imploran nuestra atención, sin embargo, nuestras mentes acostumbradas a procesar todo de manera inmediata y fugaz, no pueden ya atender al suave deslizar de una gota que cae a la par de otra sobre el cristal de la ventana una tarde lluviosa.
Eso y las impredecibles pero siempre fascinantes gesticulaciones que hacemos en nuestra rutina diaria. Cada una de esas cosas nos quiere decir algo, un mensaje implícito pero a la vez tan claro y audible que cualquier perro guía o Stevie Wonder podrían escuchar tan alto como la bocina de un trailer de doble semiremolque.
Desafortunadamente, me parece que, este tipo de lectura y atención no puede ser enseñado de manera completa. Cada uno de nosotros debe ejercitar y aprender del error de la práctica, si bien se nos puede llevar a la puerta, nosotros tenemos que girar la perilla y abrirla, eso sin mencionar, cruzarla.
Ante cualquier escenario de nuestra vida, siempre habrá algo que nos elude y engaña, pero sabemos que está ahí. Sólo es cuestión de enfocar correctamente y tomar nota lo más rápido posible. Muchas veces son esos “detalles” lo que nos puede dar aquella respuesta que anhelamos con tanto afán.
Las formas en las que se presentan son tantas como personas o elementos en nuestro campo visual. Ahora bien, es de locos intentar retener todo de un jalón, yo creo que ni una mosca podría, no obstante los múltiples ojos que ostenta. Sin embargo, la locura es parte del actuar del creativo, es la materia prima para hacer algo distinto.
Me quedo hasta aquí porque pareciera como que no voy a ninguna parte con esto, y así es. Me resta únicamente despedirme por ahora y amenazar con regresar, pero eso sí, como siempre, dejo la cita de la ocasión, por aquello de las moralejas y los sumarios.
"Viddi well little brother, viddi well"
- Alexander de Large, Clockwork Orange
Tuesday, December 05, 2006
Entre Beethoven y la ultraviolencia
Posted by Shaman at 11:16 AM 0 comments
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