Continuando con los accidentes cósmicos y demás sucesos enteramente random...
El otro día me levanté como siempre, bueno, una hora más tarde de lo habitual. Abrí la puerta de mi habitación y me froté los ojos -la luz natural y yo no nos llevamos tanto, jajaja-, caminé por el pasillo y fui al comedor de la casa. Al ver que no había nadie, regresé a mi cuarto y prendí mi laptop.
Abrí iTunes y puse algo de música, tomé mi peine y comencé a desenredarme el cabello. A los pocos minutos, bajó uno de mis roomies, el chiquis. Nos saludamos con el abrazo efusivo de siempre; él se metió a bañar mientras yo fui al refri por algo de beber.
Al poco tiempo, salí por algo de desayunar para los dos y regresé a casa. Una vez en la mesa, la plática no tuvo nada extraordinario hasta que Bernardo hizo un comentario fuera de lo ordinario:
-Tienes cara de que follaste ayer.
-¿Cómo?- respondí.
-Sí, ya te he visto esa sonrisa antes.
-Ok, pues no, ayer no hice nada del estilo- continué extrañado -sólo estuve toda la tarde con una chava, nada excepcional ni mucho menos biofísico.-
-Pues no sé pero, traes sonrisa y actitud post-orgásmica-
De momento, no supe qué hacer con el comentario.
Minutos después, percibí que mi mandíbula estaba trabada en una discreta, pero comprometedora, sonrisa. Me encontré a mí mismo entonando melodía tras melodía sin siquiera pensarlo; además de una sensación de bienestar general -sin contar que estoy a dos de caer con gripe-.
-¡¿Qué diablos...?!- dije para mis adentros.
Hace mucho que no me sucedía algo así, de hecho, ¿alguna vez me había sucedido...? El sexo y sus bondades regularmente provocan ese efecto en mi persona al día siguiente pero, ¿una tarde como cualquier otra? La compañía fue buena, la tarde cálida y cómoda, la experiencia en si nada reprochable, muy por el contrario...
Los placeres de la carne, suplidos por el placer de la mente, el mismo rush de endorfinas en mis venas...extraño...y, al mismo tiempo, familiar...
Puedo aventurar muchas cosas, probablemente atinadas, pero por ahora prefiero disfrutar la embriaguez de mis sentidos y la sensación de algo ajeno pero tan cómodo que me asusta...
Friday, February 27, 2009
JOY-gasm
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Friday, February 20, 2009
Emociones olvidadas o Fantasías a la talla
Es increíble la creciente rapidez con la que las parejas de hoy en día empiezan a mostrar síntomas como paranoia, desconfianza, celosía, apatía, monotonía y demás achaques dignos de una relación desgastada o mal llevada. El por qué es incierto, tal vez demasiadas telenovelas y series que predisponen a las personas a buscar la menor causa de duda con respecto al famoso "peor es nada", o sólo otro síntoma postmoderno de falta de plenitud y significado dentro de una relación: si todo está bien, es porque algo está mal.
Después de un rato de distanciamientos y silencios incómodos, además de crecientes secretos y artimañas -que, según el que las use, son para no agravar las cosas- se llega a un punto yermo e inerte de convivencia malsana que ya no tiene ningún parecido con el primer encantamiento y "clic" que llevó a las personas a estar juntas en primer lugar.
Esto no exime a los solteros, el caso análogo podría ser una racha de encuentros igual de insípidos y triviales que pueden terminar en un simple sexo casual -por aquello de sacarle mínimo algo a la cita o encuentro fenoménico- o en un "orale, pues que estés bien y cuídate".
Sin embargo, en uno de esos encuentros fenoménicos o, en el caso de los arrejuntados, salidas con los "amigotes" a parrandear, en ocasiones uno(a) se topa con "otro(a)" que ofrece una especie de renovación emocional. Curioso, ya que, sin deberla ni temerla, de repente se nos presenta una persona que nos recuerda la aventura y la emoción de la conquista, el tan mencionado "clic".
Ojo: esto no quiere decir que forzosamente hayamos encontrado a nuestra pareja espiritual o que nos hayamos olvidado de la pareja en turno -aunque, probablemente, esté perdiendo el "top of mind"-. Es sólo que nos topamos con alguien afín, alguien que responde a nuestras insinuaciones y coqueteos que súbitamente despiertan cuando les dan entrada; alguien que puede ser nuestro tipo o arquetipo soñado o tan sólo un ajeno tan grande que resulta familiar y cómodo.
La charla fluye, el silencio es cómodo, hay risas, momentos introspectivos y todo lo que calificamos con un gran "no mames, qué pedo".
Curiosamente estas experiencias suelen suceder en los lugares menos esperados y, a veces, traen las consecuencias más extraordinarias: un nuevo amigo(a), un nuevo free, el próximo novio(a), entre otras...
Al siguiente día del encuentro, uno se levanta vibrando a otra frecuencia, con un excelente mood y, otra vez, sintiéndose como hace mucho ya no. Es un fenómeno extraño pero muy agradable, tanto que, se puede volver una adicción si no se controla.
Y, sin embargo, nos mueve...
En una nota muy aparte, estoy pensando que, debería hacer un podcast en lugar de posts. Mi problema con la síntesis se puede convertir en área de oportunidad, ¿qué opinan?
Posted by Shaman at 1:03 PM 3 comments