CLICK HERE FOR BLOGGER TEMPLATES AND MYSPACE LAYOUTS »

Saturday, May 09, 2009

Diario de las prohibiciones, Día 4

Fue sucinto pero efectivo...

Ayer me di cuenta de que el miedo que a veces hace presa de mí es totalmente infundado y más con respecto a los demás de lo que me gustaría admitir.

No voy a elaborar mucho, sólo diré que el vértigo del que habla Kundera -fascinación por el vacío- tiene que convertirse en mi mantra. No tanto como suicidarme, metafóricamente hablando, pero sí empezar a decir una de las frases más conocidas del mexicano: Chingue a su madre!

Si el resultado es bueno, excelente; si no, vale madres, por lo menos aprenderé algo.

Ah, por último, la prisa es para lo que no saben disfrutar de las cosas.

Comienzo a entender a Treebeard: "Don't be hasty".

No obstante, no tengo la vida de un árbol...

Friday, May 08, 2009

Diario de las prohibiciones, Día 3

"Yesterday...all my trouble seem so far away..." bueno, la verdad es que no pero, al tercer día del experimento he descubierto cosas nuevas.

Hace no mucho, solía envidiar a las personas que podían hacer cosas mejor que yo -sobretodo si eran cosas que podía yo hacer también-; un sentimiento bastante desagradable que daba paso a otros más interesantes, pero no por ello productivos.

Principalmente, de ahí se empezó a gestar mi frustración.

¿Por qué no puedo yo hacer lo mismo, o más, que él/ella?

Lo peor de todo esto era que, al intentar superar a mis "detractores", lo hacía por la única sensación de ser más chingón que ellos, no por ser más chingón yo; he ahí el nuevo hallazgo...

Si voy a hacer algo, sea lo que sea, lo haré primero por mí, y luego por los demás. Suena ególatra y narcisista pero, al que deben satisfacer mis acciones de primera entrada, es a mí; si alguien más se beneficia, en cualquier aspecto, de mi quehacer, qué mejor.

Ojo, no me voy a volver arisco y malintencionado, bueno, no más.

Simplemente primero yo, después yo y, al último, yo; punto.

The idiot has left the building...

Thursday, May 07, 2009

Diario de las prohibiciones, Día 2

Segundo día de la autopenitencia...

Ayer tuve lo que en psicología se llama un "breakthrough", creo que en español se le llama avance o algo así. El caso es que mientras tomaba una refrescante ducha, me pregunté a mí mismo: ¿Te acuerdas de primer motivo por el cual hacías lo que ahora te frustra?

No sé si fue el efecto Macbeth, o sí el sólo arte de estar en el baño te induce un estado de meditación parecido al ohm pero, de repente la respuesta se manifestó en una leve sonrisa que después estallo en una risa incontrolable casi al borde de las lágrimas.

Lo que siguió fue un ataque de euforia del cual varios de mis amigos fueron víctimas, me salió lo hiperactivo y jovial. El universo y yo éramos uno mismo otra vez.

Lo malo fue que, obviamente, con este conocimiento recuperado, lo primero que quise hacer era correr hacia ellas; tomar a una y acariciarla hasta que me perdiera en su voz y su textura, escucharla reír mientras la hacía mía...

Sin embargo, tuve que ponerme un alto porque, muy probablemente, hubiera echado a perder el proceso. Me enfrié y me dediqué a absorber y reflexionar lo aprendido en ese momento de lucidez, a interiorizarlo; ensimismarme para no volver a sepultarlo.

Creo que esto empieza a rendir frutos...

Wednesday, May 06, 2009

Diario de las prohibiciones, Día 1

Ayer, después de una desesperada sesión de chat con una valiosa amiga, me autoimpuse una penitencia que espero dé resultado, de lo contrario, la espiral que empecé a trazar hace tiempo seguirá descendiendo hasta terminar con lo que más amo hacer en esta vida.

Para poner el contexto, hace tiempo que me está costando trabajo evocar mi talento y mi habilidad -conectarme a la fuerza creadora pues- y, cuando logro hacerlo, es por instantes. En los lapsos intermedios me convierto presa de la frustración que acaba por dejarme en un estado de catatonia que me impide hacer hasta lo más básico.

El círculo vicioso por excelencia: no puedo evocar mi talento, por ende me frustro y, me frustro por no poder evocarlo.

Luego entonces, he decidido no acercarme a ellas, ni tocarlas, ni acariciarlas por cinco días.

Lo único que puedo hacer es mirarlas y recordar lo que estar con ellas significa para mí; lo que posar mis manos en ellas me hace sentir; poseerlas y ser poseído por ellas; entregarme a sus gemidos y llantos; fundirme en cuerpo y en alma con ellas...

Sólo de escribir eso, mi piel me reclama con un escalofrío, mis manos tiemblan y me piden que corra hacia ellas pero, tendré que aguantar un poco más.

Va a funcionar...