Fue sucinto pero efectivo...
Ayer me di cuenta de que el miedo que a veces hace presa de mí es totalmente infundado y más con respecto a los demás de lo que me gustaría admitir.
No voy a elaborar mucho, sólo diré que el vértigo del que habla Kundera -fascinación por el vacío- tiene que convertirse en mi mantra. No tanto como suicidarme, metafóricamente hablando, pero sí empezar a decir una de las frases más conocidas del mexicano: Chingue a su madre!
Si el resultado es bueno, excelente; si no, vale madres, por lo menos aprenderé algo.
Ah, por último, la prisa es para lo que no saben disfrutar de las cosas.
Comienzo a entender a Treebeard: "Don't be hasty".
No obstante, no tengo la vida de un árbol...
Saturday, May 09, 2009
Diario de las prohibiciones, Día 4
Posted by Shaman at 12:30 PM
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